
Yin Yoga
El Yin Yoga se introdujo en occidente de la mano de Paulie Zink, un campeón de artes marciales y profesor de yoga taoísta, a finales de 1970. Creó unas clases de yoga ‘Yin y Yang’, en las que combinaba asanas y disciplinas de Hatha Yoga, Taoist Yoga y otras disciplinas que él mismo desarrolló. Este estilo es el que se dio a conocer como ‘Yin Yoga’.
Paul Grilley, discípulo de Zink, perfiló un poco esta práctica, utilizando su conocimiento de anatomía y medicina china. Una estudiante de Grilley, Sarah Powers, hizo evolucionar el Yin Yoga aún más al aplicar su conocimiento sobre los sistemas de meridianos y creando secuencias de Yin Yoga más enfocados en la respiración profunda y el estímulo de los canales energéticos. En el Yin Yoga original creado por Zink, se ofrecía un equilibrio entre una parte más activa y otra más pasiva de la práctica, combinando nuestro Yin y Yang. En cambio, Grilley y Powers desarrollaron este estilo de yoga dando más importancia a la parte pasiva donde la mayoría de posturas son sentadas o acostadas y se sostienen un largo tiempo. Este es el Yin Yoga que más se conoce y se practica hoy en día.
Encontramos en Yin Yoga la fusión de dos filosofías principales del oriente:
El taoísmo
La filosofía y el sistema energético con el cuál trabajamos en Yin Yoga proviene del Taoísmo y de su medicina tradicional china (MTC). Las vías energéticas (en Yoga los nadis) de aquel sistema se llaman: meridianos. Por esas vías fluye una energía nombrada Qi (parecida a nuestro Prana). En la práctica de Yin enfocamos en 12 meridianos principales. Cada par esta relacionado con un elemento y a su vez con dos órganos correspondientes (uno Yin y otro Yang). Al adoptar una cierta postura, dándole una forma específica a nuestro cuerpo y combinarlo con respiración fluida y nutritiva, estimulamos los meridianos y re-establecemos el flujo de Qi. Esa recuperación de la circulación libre de Qi en nuestro organismo nos provee salud.
Es Yoga de los órganos, porque a través de los meridianos trabajamos directamente sobre la salud de los órganos.
Es una acupunctura suave, porque trabajamos sobre los mismos meridianos y puntos de acupuntura, desbloqueando y estimulando el flujo de Qi.
Hatha Yoga
Las asanas (posturas en yoga), se sostienen de forma relajada entre 2 y 5 minutos. El hecho de mantenernos ese tiempo en cada postura, nos permite profundizar en la asana ayudando a que nuestra mente se calme a la vez que estimulamos el prana (energía vital, Qi, Chi,…), hasta poder llegar a un nivel profundo de relajación. Un estado que nos ayuda a tener el cuerpo y la mente preparados para entrar en la meditación. En Yin no activamos los músculos cuando mantenemos las asanas. Se trata de una práctica que pone el enfoque en estirar, estimular y rejuvenecer los tejidos más profundos, los tejidos conectivos: fascias, ligamentos, tendones, articulaciones y el líquido sinovial; así como los canales de energía o meridianos que recorren estos tejidos.
Beneficios
En cuanto a los beneficios de la práctica de Yin Yoga podemos decir:
💫 Es una práctica apta para casi cualquier condición física y edad.
💫 Ayuda a mejorar la flexibilidad.
💫 Aporta estabilidad a las articulaciones.
💫 Revitaliza y aumenta tu energía.
💫 Desbloquea, calma y te equilibra emocionalmente.
💫 Mejora tu autoestima.
💫 Te ayuda a estar en un estado de relajación profunda que te ayuda a entrar en la meditación
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