En la respiración está la clave de la vida. Iniciamos nuestra existencia con una primera inspiración y la acabamos con una última exhalación. La acción respiratoria dura todo el día, a lo largo de toda la vida, siendo el soporte físiológico y energético de todas las demás funciones, por lo que es fácil entender que según sea la calidad de nuestra respiración así será la calidad de nuestra vida. Podemos pasar días sin comer, incluso y aunque menos sin beber, pero no podemos pasar más que unos segundos o minutos sin respirar. Uno de los objetivos principales de la práctica de yoga es recuperar una buena respiración, una respiración natural, armoniosa y libre, que frecuentemente y sin apenas darnos cuenta perdemos a los pocos años de vida, cuando empezamos a acumular tensiones físicas, emociones negativas, preocupaciones o una actividad descontrolada de nuestra mente.
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