
Mi experiencia en Vipassana
Acabo de volver de Tailandia después de participar en un retiro de silencio, ashtanga yoga y meditación de diez días en la isla de Koh Samui. Todavía no me lo creo. Es difícil conseguir alinear todos los aspectos de mi vida, para marcharme así, a un viaje espiritual.
Después de cuatro años inmersa en dar a luz dos proyectos nuevos y un bebe maravilloso. En medio de una pandemia. Sentía que estaba agotada y desgastada. Hace 5 años conseguí una plaza en una de las formaciones de Maty Ezraty, después de muchos años intentado ir, por una cosa o por otra cuando me decidía y conseguir reunir los medios, ya no había plazas. Como sabéis Maty falleció, así que, en el recuerdo quedan todos los emails intercambiados con ella, porque no llegamos a conocernos en persona.
Una vez me devolvieron el dinero de la formación, decidí reinvertirla en una estancia con Richard y Mary, profesores que ya conocía de otra vez y de los cuales estoy enamorada. Llego la pandemia, embarazo… y por fin en diciembre del 2022 se alinearon los astros. ¡Esther se va a Tailandia!
Conozco a mucha gente que ha ido a India a hacer Vipassana, en lugares austeros con una comida al día y sin movimiento. Este retiro era especial, incluye el movimiento y las meditaciones.
Cuando iba de camino al aeropuerto no paraba de llorar, y si me muero estando a tantos kilómetros de distancia, una niña sin madre porque se ha ido a un retiro espiritual… pero cuando llegué a Bangkok, sentí esa libertad a la que estaba acostumbrada antes. Como buena sagitariana, me encanta viajar, me encanta viajar sola también, he disfrutado mucho viajando sola por todo el mundo, y esta vez al llegar a Bangkok, la adrenalina de la aventura me recorría el cuerpo, esa sensación que echaba tanto de menos.
Después de 16 horas y dos vuelos llegue a Bangkok, nada mas salir del aeropuerto, comencé a ver un montón de estatuas recordándome lo maravilloso que es como mujer viajar sola a un país de mayoría Budista. Los budistas siguen las enseñanzas de El Buda, originalmente conocido como Siddharta Gautama quien enseña el camino hacia la liberación del sufrimiento. El budismo nos enseña la liberación de la ignorancia, el apego, el renacimiento y el sufrimiento.
Después de 4 días de locura en Bangkok, disfrute muchísimo de esta ciudad de 11 millones de habitantes, volé a la isla de Koh Samui donde Mary y Richard viven casi la mayor parte del año. Este clima les hace muy bien para sus huesos ( y para los míos 🙂 Tenía por delante 10 días de práctica Mysore y horas de meditación sentada, además de una sesión diaria de canto y filosofía. Todo esto frente al mar y rodeada de practicantes sinceros de cada rincón del mundo.
Durante el primer día, nos explicaron las reglas de juego, con la advertencia de que nadie estaría escondido detrás de los árboles para castigar a quienes hacían trampa. Esta experiencia era para nosotros y le sacaríamos el provecho correspondiente a nuestra actitud. La idea era simple y profunda, pasar los próximos diez días en silencio, el cual incluía las palabras, las pantallas, la lectura y la escritura. Es decir, dejar de lado las narrativas más obvias para observar de cerca las más sutiles e internas.
Nuestro material de lectura sería también escueto: los Yoga Sutras.
Yo he participado en retiros de silencio de tres o cuatro días. He pasado días enteros en meditación sentada y en la práctica de asana. Pero, desde que tengo memoria no he pasado un día entero sin leer o escribir He llenado cuaderno tras cuaderno con mis ideas, proyectos y sueños.
Desorientada, libre, lejos de mis hija y con tiempo de sobra.
Durante el retiro, la agenda fue rigurosa. Arrancábamos el día con una meditación a las 7 de la mañana, luego asana de 8 a 10:30, y otra sesión de meditación sentada y caminando (después del desayuno) que seguía hasta el almuerzo. Pero antes de retomar a las cuatro de la tarde (para filosofía y luego más meditación), teníamos un break largo de tres horas. Algunos se tiraban en la arena, nadaban, dormían la siesta, tomaban masajes …
Pratyahara: ir hacia delante, sin ingerir.
Era época de monzón en Tailandia, así que estar en silencio y en quietud se hacía un poco más difícil, puesto que no podías estar en la playa. En dos días me conocía cada rincón del alojamiento y de la playa que teníamos en frente. En tres días comencé a sentir el vacío, no sabia que hacer, donde meterme, ademas con el cambio horario me costaba dormirme por la noche y en este vacío comenzaba a echar de menos a Maore, a Jon, a lo conocido…
Nunca he disfrutado tanto de la practica de Mysore, era mi momento del día y sin darme cuenta hacia que la meditación fuera fácil, se me cerraban los ojos sin ningún esfuerzo, el viaje interior era maravilloso.
El quinto día, empece a sentirme mareada, pase muy mala noche y en la meditación de la mañana comenzaron a salir a la luz imágenes de familiares fallecidos, casi como si estuvieran conmigo y comencé a vomitar, fue un viaje brutal… empezaron a salir cosas, y las deje salir… en dos días estaba como nueva.
Ligera y mas enérgica que nunca. La alegría de tener la práctica, la felicidad de tener la meditación, y esa afirmación que me viene a la cabeza cada vez que imparto una clase o recibo o imparto una formación, es lo que mas me llena en el mundo.
Con el paso de los días, me sentía menos vacía y más conectada, no un punto aislado en el mapa, sino un átomo en movimiento y armonía con tantos otros.
Cuando volví a casa, me sentía viva, sana y feliz. Seguía cantando mantras todo el día, la narrativa de mi mente había desaparecido, los pensamientos constantes..
Richard y Mary dicen que las narrativas en sí no son un problema, pero nos pidieron que observáramos el patrón de la repetición. La meditación nos permite ver estos cuentos que la mente busca y en los cuales nos aferramos. Ideas que se repiten, patrones que se repiten, que nos repetimos. Para no ver las cosas como son.
Cualquier narrativa es una atadura, cualquier narrativa es ilusoria, cualquier narrativa nos atascará en la avidya. Si podemos pasar alguna parte del día observando cada historia que se presenta en nuestras mentes, sin identificarnos con el relato, entonces la mente se aquietará.
No Comments